martes, 22 de septiembre de 2015

Hermandad La Sagrada Cena

Antigua, Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental, Esclavitud de Nuestra Señora de la Encarnación y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Cena, Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora del Subterraneo Reina de Cielos y Tierra



Sede Canónica: Iglesia Exconventual Franciscana de la Orden Tercera de Nuestra Señora de Consolación (Calle Sol 10)
Pasos: 3

Hermanos: 2100

Nazarenos: 650

Túnica: Túnica blanca de cola y antifaz blanco.


Iconografía: Representa a Jesús intuyendo la Eucaristía entre sus apóstoles durante su última cena. El paso de Cristo representa a Jesús pensativo y desnudo.

Música: Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras tras el paso de misterio, Escolanía Salesiana María Auxiliadora tras el paso de Cristo y Banda del Maestro Tejera tras el paso de palio.

Pasos: La imagen de Jesús es una talla de cuerpo completo para vestir de 177 cm, en madera policromada, encontrándose de pié y con los brazos abiertos en actitud de bendecir, realizada en 1955 por Sebastián Santos Rojas. Como dato curioso, el Señor carece de la habitual preparación de yeso en la cabeza y en manos, en su lugar lleva una preparación de goma laca previa a la policromía.
Las imágenes de los apóstoles son obra del escultor Luis Ortega Bru (1975-1982), aunque Manuel Hernández León realizó cuerpos nuevos para varios de los apóstoles en 1985.

El paso del Señor de la Sagrada Cena es de madera tallada compuesto de una parihuela, canasto y respiraderos tallados, estilo barroco, pintados y barnizados en color guinda oscuro.
A su alrededor tiene seis medallones representativos con escenas de la Pasión, que datan de 1680.
También lleva en la parte superior de las esquinas, cuatro faroles de madera dorados, con cuatro cristales con el escudo de la Hermandad sellado en los mismos, y tres luces de cera, rematados con una corona grande. Fueron dorados en 2002. En el año 2011 el paso procesionó con los candelabros de guardabrisas de Nuestra Señora de la Encarnación, Titular gloriosa de la cofradía. Ese mismo año también se ampliaron los respiraderos.
En las cuatro esquinas de la parte central lleva cuatro jarras de metal dorado, para portar flores y en la parte inferior cuatro faldones de pana lisos, con cuatro broches bordados en oro que enlaza los mismos.
El llamador es de metal dorado y labrado, con dos costaleros en la parte superior derecha, de rodillas, sosteniendo el Libro de los Siete Sellos, sobre el cual reposa el Divino Cordero.



La imagen del Stmo. Cristo de la Humildad 

y Paciencia es una obra anónima de finales 
del XVI o principios del XVII. 

No es de madera, si no de pasta de papelón y su altura es de 100 cms. 

Se presenta a Cristo desnudo y cubierto por el paño de pureza.
Fue restaurado en 1900 por Andrés Cañadas y en 1996 por Silvia Patricia Martínez García-Otero.

El paso del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia está compuesto por una parihuela de madera, canasto de embero tallado, color natural, con aplicaciones de metal plateado, en sus cuatro costados,


En las esquinas del Paso, cuatro candelabros de madera tallada, con cuatro faroles y 32 guardabrisas, de metal plateado. Sobre el canasto, se talló en 1992 un sobrecanasto, y a su vez un monte de poliester, de color negro.
Sobre el canasto se completaron pequeños detalles de la talla en 2004, además de ser barnizado y restaurado.
En 1992, se tallan cuatro figuras de Evangelistas para las esquinas del Paso, con aureola plateada y peana. En 1963 se tallaron los respiraderos, e igualmente se realizan 20 cartelas en metal plateado con atributos de la Pasión de Cristo. Rematando el canasto y el sobrecanasto, crestería de madera tallada. Porta, asimismo, cuatro figuras de ángeles pasionistas policromados, y dos jarrones, de metal plateado.


También lleva en su parte inferior faldones de color morado, lisos, y en sus esquinas medallones bordados en hilo de plata.


El llamador de metal plateado labrado, donado por la Hermandad de la Exaltación.


Nuestra Señora del Subterráneo Reina de Cielos es una imagen anónima, difícil de atribuir por sus características morfológicas. 
Tradicionalmente su autoría se ha enmarcado entorno al imaginero Juan de Astorga, (s. XIX), aunque otros expertos piensan que se trata de una imagen de mayor antigüedad.

El paso de Nuestra Señora del Subterráneo Reina de Cielos lo compone una parihuela, doce varales de metal blanco, plateados, cincelados, con basamento cuadrado a cada uno de sus cuatro lados, con figuras de Apóstoles y Santos Varones. En el centro de los mismos una corona pequeña en relieve y rematada la parte superior con unas coronas reales.
Estos varales sostienen el palio, cuyo techo es de terciopelo rojo oscuro, bordado y recamado en oro con hojarascas, y en centro un gran escudo de la Hermandad. Sobrepuesto a este escudo, una imagen de madera policromada con la efigie de la Virgen de los Reyes. A su alrededor cuelgan cuatro bambalinas de terciopelo morado, bordadas y por dentro y por fuera, con cuatro corbatas en sus ángulos. Estas bambalinas fueron restauradas en el año 1994.
Los respiraderos son de metal, cincelados en estilo barroco, formando capillitas en su parte central y laterales con imágenes. En las tres centrales unas imágenes pequeñas, de unos 20 cm. de madera policromada, con las advocaciones de la Purísima, en el centro, la Asunción y Coronación en las de los lados. En las capillitas de los laterales, cinceladas en metal, las imágenes de S. Leandro, S.Isidoro, S. Fernando, S. Basilio, S. Agustín y S. José de Calasanz. En el centro del respiradero delantero se coloca un remate con dos ángeles de metal macizos, plateados, que sostienen el escudo de la Hermandad dorado. Las cuatro esquinas son rematadas por unas figuras de maniguetas, también en metal blanco repujado, de las cuales penden cuatro borlones de metal con flecos en hilo de oro. En la plataforma central del paso lleva una peana de metal blanco, cincelada, con dos semicírculos en las dos esquinas delanteras que sostienen un guardabrisas de cristal con una luz cada una.
También lleva una peana de madera revestida de plata labrada, con caras de ángeles en relieve.
En la parte trasera, sobre la plataforma, a cada lado, un farol de entrevaral, formado por unas basas con águilas imperiales y arcángeles, sosteniendo en escudo de la Hermandad que soportan un farol hexagonal, con tres luces de cera, seis cristales y rematado con una tapadera en forma de corona y plateados en 1990.
Entre los últimos varales traseros, lleva dos faroles a cada lado, de metal blanco cincelado iguales que el anterior, plateado uno de ellos en 1990. En el año 2004, se añadió otro.
Asimismo, el paso lleva ocho jarritas pequeñas para flores en la parte delantera. Igualmente, entre varales, lleva dos jarras grandes, dos medianas y dos pequeñas, plateadas en 1990. En la parte delantera de la plataforma, se colocan ochenta y cuatro candeleros, de alpaca blanca, plateados, realizados de diferentes medidas.
Entre la candelería aparece un relicario de metal blanco labrado en forma de templete, de dos plantas, encontrándose en el centro una pequeña imagen de S. José de Calasanz, en metal dorado, y en la parte superior, una reliquia de este Santo.
El llamador es de metal, con las figuras de dos Seises sosteniendo una corona real.


Imágenes Misterio:


Imágenes Cristo:


Imágenes Palio:


Hermanamiento: Ninguno.


Historia: La actual Hermandad de la Sagrada Cena es fruto de la fusión de tres Hermandades diferentes: la de la Sagrada Cena, la del Cristo Humillado y la de Nuestra Señora del Subterráneo.

Aunque los primeros datos fundacionales de la Sagrada Cena nos remontan al siglo XVI, sus primeras Reglas datan de 1580, estando establecida en la parroquia del Omnium Sanctorum. 

Coetáneamente, en la parroquia de San Nicolás de Bari, se daba culto a Nuestra Señora del Subterráneo, que se convierte en Hermandad en 1587. Precisamente, en 1613, a esta última corporación se le unió la Cofradía del Cristo Humillado que provenía del Hospital de San Lázaro. 

Sin embargo, no es hasta 1621 -cuando esta traslada a la Iglesia de San Basilio-, cuando se unirá, igualmente, a la Hermandad de la Sagrada Cena.

Desde entonces la evolución de la Hermandad pasa por dos períodos diferentes, uno que va desde principios de siglo XVII hasta finales del XVIII, y otro desde 1877 hasta nuestros días. 

Entre ambos, hay un tiempo de inactividad que coincide con la decadencia de la fábrica del convento de San Basilio. El año 1768 marca el comienzo de la decadencia de la Hermandad. 

En 1790 se le aprueban nuevas Reglas sin nazarenos. Las circunstancias azarosas se agravan con el continuo traslado de templo en templo, que daría con las imágenes en San Gil, luego de vuelta a San Basilio, posteriormente al convento de Belén, y luego a la parroquia de San Vicente Mártir.

Con la Desamortización de Mendizábal (1868), la Hermandad perdió casi todos sus enseres, estando al borde de la desaparición. Un poco más tarde, y aún en esta parroquia de San Vicente, un grupo de cofrades solicitaría del Arzobispado la aprobación de nuevas Reglas, lo cual se consigue finalmente en 1876, año en el que se reorganiza la Hermandad, con sede ahora en la parroquia de Omnium Sanctorum, donde se trasladaría en 1880. 

En 1936, al incendiarse la parroquia del Omnium Sanctorum, se ve obligada nuevamente a trasladarse a los Terceros. En 1938, el escultor Antonio Bidón Villar realiza un nuevo apostolado, actualmente en Puente Genil (1983) y deja de salir el Cristo de la Humildad y Paciencia. En los Terceros se mantiene hasta 1958, pasando a la iglesia de la Misericordia. 

En 1973 regresa al Templo de Los Terceros, al haber concedido el Cardenal Bueno Monreal a la Hermandad la administración de la Iglesia de Ntra. Sra. de Consolación (vulgo de los Terceros) y al año siguiente vuelve a salir procesionalmente el Cristo de la Humildad y Paciencia. A partir de ese momento el número de hermanos aumenta considerablemente, se recupera el culto al Santísimo Cristo de la Humildad, y los cultos en honor de sus Titulares pasan a ser de los más lucidos de la ciudad. 

Finalmente, en el año 1995, la Hermandad se fusiona con la de la Esclavitud de Nuestra Señora de la Encarnación, residente asimismo en la misma iglesia de los Terceros.



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